En el marco de los trabajos de Prevención, Protección y Seguridad que se vienen realizando de manera permanente y constante, apuntando a lograr esa toma de conciencia, tan necesaria, sobre el lugar en el que vivimos, con su belleza salvaje y exuberante y con sus particularidades en cuanto a amenazas y riesgos derivados de un ambiente natural poderoso, potente y que tiene sus expresiones y sus acciones.

La presencia de los volcanes y nuestra proximidad a ese denominado “cordón de fuego” es o son, una circunstancia que nos obliga a estar atentos en esta convivencia.

La fuerza de los eventos naturales, hace que como comunidad estemos obligados a estar preparados para una eventualidad. No se trata de vivir en estado de alerta, todo lo contrario, consiste en convivir con la posibilidad latente de cualquier fenómeno natural de incidencia, como puede ser una gran nevada, temperaturas extremadamente bajas, vientos muy fuertes, lluvias torrenciales, erupciones volcánicas o hasta fenómenos de flora y fauna como una floración de caña y la consecuente ratada.

En el caso particular de la jornada de este jueves, desde el área de Seguridad y de Protección Civil, se organizó una charla con personal del Grupo de Estudios Ambientales (GEA) del IPATEC (Instituto Andino Patagónico de Tecnologías Biológicas y Geoambientales), de la mano de Gustavo Villarosa, Doctor en Ciencias Geológicas (UBA), investigador del CONICET en el IPATEC y Profesor Adjunto de la Universidad Nacional del Comahue.

El objetivo de la misma fue hablar sobres las actividades volcánicas de la zona, entender “que es más importante, tener presente que efectivamente puede ocurrir, antes que saber el cuándo”. Teniendo en cuenta la experiencia del 2011, se hizo foco en lo que se hizo bien en aquel entonces y en qué se puede mejorar ante posibles hechos. Y se reforzó la idea de que la información es la mejor herramienta para saber cómo actuar.

La elección de la fecha tuvo de algún modo, relación con los movimientos que justamente se produjeron en el Complejo Volcánico Puyehue- Cordón Caulle el 31 de marzo y el 1ero de abril, de este año.

Sobre el particular, quedó en claro que NO HAY ninguna situación que lleve a pensar o a sospechar de alguna probabilidad de erupción, que esté vinculada a esos últimos y recientes acontecimientos.

En la página del Servicio Nacional de Geología y Minería de Chile, donde se realiza un monitoreo diario de la situación de los volcanes, se aclara que, más allá del movimiento detectado, la alerta continúa en verde.

Queda claro que es objetivo firme de esta gestión de gobierno, trabajar sobre la anticipación de cualquier circunstancia que pudiera tener afectación sobre la salud pública o sobre los bienes de los particulares.

Es por eso que permanentemente se trabaja en prevención: en función del clima, tratando de dar máxima previsibilidad y así evitar riesgos o accidentes;  igualmente que se hace con el monitoreo de cursos de agua, condiciones del medio ambiente y hasta intervenciones para eventos sociales, culturales y deportivos de gran afluencia.

“El de los volcanes y hechos asociados, es uno de esos temas de los cuales debemos hablar y romper los tabúes. Lo peor es mirar para otro lado y pretender ignorarlos” reiteró el experto Villarosa.

“Todos sabemos que estamos a minutos de cientos de volcanes, la mayoría chilenos, que están activos o no, pero que en cualquier momento pueden entrar en actividad. El titular de la Secretaría de Seguridad, Gabriel Ormeño, destacó “sobre eso se trató la charla de hoy y en eso tenemos que continuar trabajando. Para que cuando suceda, sepamos qué hacer, cómo manejarnos, cuáles son los riesgos y cuál es el protocolo que debemos aplicar. Vivimos rodeados de naturaleza, convivir con ella es estar conscientes y tener presente su fuerza y su poder, ente el cual lo mejor que podemos hacer, es estar informados y preparados”.

Es por eso que para continuar este camino, se estarán realizando próximos encuentros nucleando localidades vecinas, apelando al concepto regional como forma de abordar estas problemáticas, que son comunes, con mayor conocimiento y con capacidad de respuesta similar, en cada una de las localidades.